viernes, 14 de junio de 2013

Salmo 32(31),1-2.5.7.11.

Dichoso el que es absuelto de pecado
y cuya culpa le ha sido borrada.
Dichoso el hombre aquel
a quien Dios no le nota culpa alguna
y en cuyo espíritu no se halla engaño.

Te confesé mi pecado,
no te escondí mi culpa.
Yo dije:» Ante el Señor confesaré mi falta».
Y tú, tu perdonaste mi pecado,
condonaste mi deuda.

Tú eres un refugio para mí,
me guardas en la prueba,
y me envuelves con tu salvación.
Buenos, estén contentos en el Señor,
y ríanse de gusto;
todos los de recto corazón, canten alegres.

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