Salmo 32(31),1-2.5.7.11.
Dichoso el que es absuelto de pecado 
y cuya culpa le ha sido borrada.
Dichoso el hombre aquel 
a quien Dios no le nota culpa alguna
y en cuyo espíritu no se halla engaño.
Te confesé mi pecado, 
no te escondí mi culpa. 
Yo dije:» Ante el Señor confesaré mi falta». 
Y tú, tu perdonaste mi pecado, 
condonaste mi deuda.
Tú eres un refugio para mí, 
me guardas en la prueba, 
y me envuelves con tu salvación.
Buenos, estén contentos en el Señor, 
y ríanse de gusto; 
todos los de recto corazón, canten alegres. 
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