Salmo 30(29),2.4.5-6.11.12a.13b.
Te alabaré, Señor, porque me has levantado
y muy poco se han reído mis contrarios.
Señor, me has sacado de la tumba,
me iba a la fosa y me has devuelto a la vida.
Que sus fieles canten al Señor,
y den gracias a su Nombre santo.
Porque su enojo dura unos momentos,
y su bondad toda una vida.
Al caer la tarde nos visita el llanto,
pero a la mañana es un grito de alegría.
¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí;
sé, Señor, mi socorro!
Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.
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