domingo, 28 de abril de 2013

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan 14,23-29):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
 
El que no me ama no guardará mis palabras.
 
Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
 
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
 
La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo.
 
Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde.
 
Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo.
 
Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

Palabra del Señor
Segunda lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (21,10-14.21-23):

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios.
 
Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel.
 
A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas.
 
La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.
 
Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.
 
La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

Palabra de Dios
Salmo
Sal 66,2-3.5.6.8

R/.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe. R/.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-2.22-29):

En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse.
 
Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia.
 
Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé.

Eligieron a Judas Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo.
 
Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras.

Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo.
 
 En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación.
 Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»

Palabra de Dios

          LECTURAS
                5 MAYO 2013

lunes, 22 de abril de 2013

EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35

Gloria a ti, Señor.

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:

- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Sí Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará.

Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.
SEGUNDA LECTURALectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.

Y escuché una voz potente que decía desde el trono: - «Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos.
 
Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor.
 
 Porque el primer mundo ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono dijo: - «Todo lo hago nuevo.»

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial

Bendecire tu nombre por siempre jamas Dios mío, mi rey

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.
 
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
 
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
R.
 
 
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 21b-27

En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.

En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
 
Atravesaron Pisidia y Regaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir.

Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.
         EVANGELIO
            DOMINGO 27 ABRIL 2013

domingo, 14 de abril de 2013

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,27-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»

Palabra del Señor
Lectura del libro del Apocalipsis (7,9.14b-17):

Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.


Y uno de los ancianos me dijo: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.

 Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 99,2.3.5

SALMO RESPONSORIAL
 
R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R/.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo, y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R/.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R/.
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,14.43-52):

En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento.


Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios.

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra."»

Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio.

Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio.

Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Palabra de Dios


                4ª semana de pascua

            DOMINGO 21 ABRIL 2013

miércoles, 10 de abril de 2013

Evangelio según San Juan 21,1-19.

Después de esto, nuevamente se manifestó Jesús a sus discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Y se manifestó como sigue:

Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Mellizo, Natanael, de Caná de Galilea, los hijos del Zebedeo y otros dos discípulos.

Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Contestaron: «Vamos tam bién nosotros contigo.» Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.

Al amanecer, Jesús estaba pa rado en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él.
Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo que comer?» Le contestaron: «Nada.»


Entonces Jesús les dijo: «Echen la red a la derecha y encontrarán pes ca.» Echaron la red, y no tenían fuer zas para recogerla por la gran cantidad de peces.

El discípulo al que Jesús amaba dijo a Simón Pedro: «Es el Señor.»

Apenas Pedro oyó decir que era el Señor, se puso la ropa, pues estaba sin nada, y se echó al agua.

Los otros discípulos llegaron con la barca —de hecho, no estaban lejos, a unos cien metros de la orilla; arrastraban la red llena de peces.
Al bajar a tierra encontraron fuego encendido, pescado sobre las brasas y pan.


Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar.»

Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados grandes. Y a pesar de que hubiera tantos, no se rompió la red.

Entonces Jesús les dijo: «Vengan a desayunar». Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor.


Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió.
Lo mismo hizo con los pescados.

Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sa bes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»

Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Cuida de mis ovejas.»


Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías.

 Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras.»

Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios.
Y añadió: «Sígueme.».

Palabra del Señor
Gloria Tí Señor Jesus


martes, 9 de abril de 2013

Lectura del libro del Apocalipsis 5, 11—14

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente:

«Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.»

Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar — todo lo que hay en ellos—, que decían:

«Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.»

Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.»
Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor
Salmo responsorial Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b (R.: 2a)

R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
 por la mañana, el júbilo. R.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.

 

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27b—32. 40b—41En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio,
habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»


Pedro y los apóstoles replicaron:

—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres
resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero.

La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados.

Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» .

Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron.

Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor

           III DOMINGO DE PASCUA

                14 - ABRIL - 2013

 

miércoles, 3 de abril de 2013


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-31
 
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con
las puertas cerradas por miedo a los judíos.

Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

- Paz a vosotros.

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

Jesús repitió:

- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
- Hemos visto al Señor.

Pero él les contestó:

- Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos.
 
Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:

- Paz a vosotros.

Luego dijo a Tomás:

- Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.

Contestó Tomás:

- ¡Señor mío y Dios mío!

Jesús le dijo:

- ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos.

Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que,creyendo, tengáis vida en su nombre.
 
Palabra del Señor
 
Gloria a Ti Señor Jesus

Lectura del libro del Apocalipsis 1,9-11a. 12-13. 17-19


Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la constancia en

Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios, y haber dado

testimonio de Jesús.

Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente que decía: «Lo que veas

escríbelo en un libro, y envíaselo a las siete Iglesias de Asia». Me volví a ver quién me hablaba, y,

al volverme, vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos una figura humana, vestida de larga

túnica, con un cinturón de oro a la altura del pecho. Al verla, caí a sus pies como muerto.

Él puso la mano derecha sobre mí y dijo:

- No temas: Yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto y, ya ves, vivo

por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y del Infierno. Escribe, pues, lo que veas:

lo que está sucediendo y lo que ha de suceder más tarde.

 
Salmo

Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a

R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia.

La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.

Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Señor, danos la salvación;

Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señores Dios, él nos ilumina.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5,12-16


Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los fieles se reunían de
común acuerdo en el pórtico de Salomón; los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente se hacía lenguas de ellos; más aún, crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.
 
La gente sacaba los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar
Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno.
 
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén, llevando a enfermos y poseídos de
espíritu inmundo, y todos se curaban.
 
Palabra de Dios
 
Te alabamos Señor
 

       ¡II DOMINGO DE PASCUA!

                   7 ABRIL 2013