viernes, 21 de diciembre de 2012

Segunda Lectura
Lectura de la carta a los hebreos (10, 5-10)
Hermanos:
Al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije —porque a mí se refiere la Escritura—: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”.
Comienza por decir:
“No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado”, siendo así que eso es lo que pedía la ley—; y luego añade:
“Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”.
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario