Salmo 110(109),1.2.3.4.
Palabra del Señor a mi señor:
«¡Siéntate a mi derecha 
y ve cómo hago de tus enemigos 
la tarima de tus pies!»
Desde Sión extenderá el Señor 
el cetro de tu mando: 
domina en medio de tus enemigos.
«Tuyo es el principado 
desde el día de tu nacimiento;
de mí en el monte sagrado tú has nacido, 
como nace el rocío de la aurora».
Juró el Señor y no ha de retractarse: 
«Tú eres para siempre sacerdote 
a la manera de Melquisedec».
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